Se nos ha enseñado a encajar, a ser uno más, a entrar en el
sistema y a tener un código de barras, darle gusto a los demás en todos
aspectos; dejando siempre en último lugar
lo que uno siente, desea y anhela.
En el instante en que te sales de las pautas y
convencionalismos sociales; ya sea una mujer que externa que no se quiere casar
o tener hijos, un hombre heterosexual que esté convencido de no querer ser
padre, o cualquier persona que se sienta atraída hacia su mismo sexo, es el
mismo instante en que la sociedad te clasifica como un BICHO RARO porque no
persigues lo mismo que ellos; lo que debe de ser…. ¿Y no es acaso mejor ser un
bicho raro que un borrego codificado?
En el tema de la diversidad Sexual, parece haber una
apertura que nos haría imposible pensar que a estas alturas aún hay gente que
viva una doble vida por temor a ser juzgado,
o señalado por ser GAY.
Pero lo cierto es que sigue sucediendo; primeramente por la
presión social, segundo está la presión familiar y tercero: la AUTO ACEPTACIÓN, la más
importante ya que todo empieza en uno mismo.
Los homosexuales de CLOSET, que en ocasiones son los
homofóbicos más acérrimos. Muchos de ellos se casan para ponerse una máscara
social y no ser señalados; lo que es un camino hacia la autodestrucción no solo
de sí mismos, sino de la pareja la cual obviamente tampoco se sentirá plena.
En aras de brillar socialmente o de proteger a la familia
del qué dirán, se daña a mucha más gente de la que se lastimaría diciendo la
verdad pero lo más importante es la sinceridad con uno mismo y no para quedar
bien con los demás, sino para ser congruente y sentirse pleno. La vida no se trata de hacer felices a los
demás a costa de la infelicidad propia.
Tampoco se trata de ser exhibicionista o gritarlo a los
cuatro vientos, sino de tomar decisiones acorde a lo que somos y sentimos. Tener la valentía de enfrentar al mundo
siendo quién viniste a ser, es un privilegio que todos nos deberíamos de dar
para ser felices.
- Eivam
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